Agibilis

Las fotografías en blanco y negro tienen una cualidad importante: simplifican. No hay color, un elemento menos.

Al no distraernos con el color, hace  que nos fijemos en otras cosas: el encuadre, el tono, la textura, la composición… En definitiva, nos exige más como observadores.

Ya se que en muchos casos lo habitual es sacar la foto en color, y sólo en algunos casos se llega al blanco y negro en la postproducción, pero me gustaría intentar una cosa diferente.

Eso es lo que hecho en esta salida. Sacar las fotos en blanco y negro, y si veo que el color añade algo, lo añado. 

Hoy, todo esto es muy fácil con la tecnología digital.

En realidad, cuando las fotos estan tiradas en RAW, en el fichero esta toda la información.  Si escogemos en la configuración de la cámara “blanco y negro” para el color, lo único que pasa es que en la cámara se visualizan en blanco y negro. La información del color no se pierde, y podemos trabajar con ella en el postprocesado normalmente. Por lo tanto, esta técnica es indiferente a la hora de revelar, salvo que las fotos suelen tener un mejor “negativo”.

Pero al quitar el color en el momento de la toma, prestamos más atención al encuadre, a la composición, a los contrastes …

Me ha gustado el resultado. He tirado menos fotos pero más pensadas. Creo que voy a incorporar este método como uno de mis métodos de trabajo habituales.

Article source: http://www.rumbo180.com/2010/08/visualizar-en-blanco-y-negro/

Desde la Catedral

He pasado un fin de semana con unos amigos en Salamanca.  Las fotos que he sacado las he dividido en dos galerias, una para la ciudad en sí y otra para la Catedral. Si la ciudad es interesante, la Catedral daría para semanas enteras. Por cierto, las condiciones de fotografía dentro de la Catedral no eran fáciles. En el exterior mucha luz y muy dura. Dentro muy poca y con contrastes.

Afortunadamente me sirvió de ayuda la experiencia que obtuve de uno de mis ejercicios. Consistía en disparar sin exposímetro.  Medía una sola vez en toda la mañana, y esa era mi posición “casa”, a partir de ella calculaba la exposición de todo lo demás. Por ejemplo si “casa” es una escena muy soleada, una calle obscura son tres puntos menos de luz. Eso me dió la confianza necesaria como para utilizar luego el exposímetro como una referencia, pero no como una norma grabada en piedra.  De hecho, cuando los exposímetros eran un lujo, las exposiciones se medían a ojo o con reglas memotécnicas.  Aquí os dejo un enlace a un exposímetro “vintage” de papel, muy interesante. Y funciona sin pilas…

La ciudad del Barroco

Lo que hice en la catedrál fue medir la luz con el exposímetro puntual (de spot) y corregír según me parecía. Bueno, el resultado no fue malo. Vosotros juzgareis.

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